Aunque puedan parecer sinónimos, existen marcadas diferencias entre una embajada y un consulado. Las embajadas suelen estar situadas en la capital del país anfitrión y su jefe es el embajador del país extranjero, el diplomático de más alto rango que representa al gobierno extranjero.
Las embajadas ofrecen servicios consulares a sus propios ciudadanos que viven o viajan al extranjero. Estos servicios incluyen la expedición, renovación y sustitución de pasaportes, asistencia en materia de visados, servicios notariales e inscripción de defunciones, matrimonios o nacimientos en el extranjero. También prestan ayuda de emergencia en caso de accidente, detención o pérdida o robo de pasaporte.
Las embajadas también actúan como enlaces, fomentando la relación con el gobierno anfitrión y resolviendo los problemas que puedan surgir entre ellos. Las embajadas suelen tener más personal y departamentos que los consulados, que a menudo constan de oficinas más pequeñas.
Por otro lado, los consulados se encuentran por todo el país y están dirigidos por diplomáticos de rango inferior conocidos como cónsules. Los consulados ofrecen servicios como la obtención de visados, la participación en intercambios culturales y educativos, y asistencia en caso de emergencia. Pueden aplicarse tasas de servicio.