En general, el agua del grifo en Nueva Zelanda es segura para beber y utilizar en actividades como lavarse los dientes, sobre todo en las grandes ciudades. La calidad en determinadas zonas rurales puede variar tras catástrofes naturales como terremotos. La calidad del agua también puede depender de la ubicación de su fuente, debido a los minerales o a haber sido tratada con cloro.
Si prefiere pecar de precavido, puede comprar agua embotellada en la mayoría de los lugares. Los restaurantes y establecimientos de hostelería de Nueva Zelanda están obligados por ley a suministrar agua potable gratuita a los clientes que la soliciten.
Es mejor evitar beber agua de ríos, lagos y otras fuentes naturales, ya que pueden contener contaminantes.
En cuanto al baño, Nueva Zelanda tiene playas y cursos de agua en abundancia. Sin embargo, estas aguas también pueden ser engañosas, ya que sus condiciones pueden cambiar rápidamente. Tenga precaución en la playa, donde pueden producirse corrientes, riadas (un canal de agua con una fuerte corriente que se dirige hacia el mar) y otros fenómenos. Los ríos también pueden tener fuertes corrientes, y los lagos pueden tener fondos rocosos o irregulares.
Si ve banderas rojas y amarillas en la playa, manténgase entre ellas: indican los lugares más seguros para bañarse. Nunca nades solo, y sobre todo ten cuidado con los niños; escucha también las instrucciones del socorrista de guardia.
Practicar la seguridad personal mientras se está en el agua en Nueva Zelanda es crucial. Surf Life Saving NZ ofrece consejos para estar seguro en la playa, con información sobre cómo detectar peligros como olas, mareas, oleaje y agujeros (una zona profunda del lecho costero).
A través de Safeswim, puede obtener información actualizada sobre horarios de las patrullas de socorrismo, peligros en las playas, advertencias de seguridad, calidad del agua y condiciones de baño en diversos lugares.